Samsung decidió subirse a la ola de los ultra finos y lo hace con el Galaxy S25 Edge, un teléfono tan lindo como innecesario, todo por ser más y más fino.
Dicen que es por el rumoreado iPhone 17 Air, si es así Samsung llega antes con un teléfono de apenas 5.8mm de grosor y 163 gramos de peso ¿Demasiado fino? Pues bien, para mis manos seguro que no es.
Este tamaño ínfimo reduce la capacidad de la batería a “apenas” 3900mAh, en una época donde 5000mAh es la norma, sí, es bastante menos, pero considerando que muchos teléfonos flexibles también redujeron sus baterías posiblemente desde Samsung pensaron que la gente, con tal de tener algo cool, puede aguantarse una batería pequeña.
La pantalla es un esperable Dynamic AMOLED 2X de 6.7″, 120Hz y Gorilla Glass Ceramic 2 como cobertura.
Por dentro tiene un Snapdragon 8 Elite de Qualcomm, 12GB de RAM y 256GB/512GB de almacenamiento, la cámara es de 200MP con apertura f/1.7 y OIS, a su lado una 12MP ultrawide y para selfies otra de 12MP.
El teléfono es IP68 y no tiene carga inalámbrica porque en ese grosor no entraría la antena, sólo por cable de hasta 25W que es más que suficiente. Android 15 con One UI 7 y todos los servicios habituales de Samsung.
¿Vale el compromiso de menos batería para un grosor de 5.8mm? Las medidas totales son de 158.2 x 75.6 x 5.8 mm, pero por USD 1000 podrás tener el modelo de 256GB super fino, finísimo.
