Las redes 5G: llegando al límite de utilidad

Quiero opinar sobre un tema que será el buzzword del 2019: las redes 5G.

Innecesarias? Avance tecnológico? ¿Para qué? ¿Para quién? Actualmente las redes 4G son las que lideran la conectividad móvil y aun así en muchas regiones no tan citadinas (y a veces en medio de las ciudades) lo relevante no es la velocidad sino la conexión: que esta exista.

¿5G viene a resolver esto? Porque el ancho de banda no parecería ser un problema real…

A esta altura en los países donde 4G LTE anda a la perfección no parece demasiado importante el ancho de banda, se logró un máximo estable que deriva en otros problemas como la cantidad de datos (cupos máximos) o hasta la duración de baterías, pero no la velocidad en la que llegan los datos a nuestros teléfonos.

En países con menor desarrollo o menor cobertura de antenas la velocidad todavía sigue siendo un tema en el cual se puede crecer, pero el mismo no tiene que ver con la tecnología sino con la infraestructura: no se necesita más que mayor cobertura de la misma tecnología existente.

Hablemos de velocidades entonces, en un país relativamente atrasado como Argentina las conexiones de “banda ancha” hogareña rara vez superan los 24Mbps, hay de hasta 1000Mbps pero son caras y en muy pocas zonas, un poco más de 100Mbps pero el resto está por debajo de los 12Mbps y esto si consideramos ciudades grandes como Buenos Aires.

El resto de latinoamérica tiene casos de mayor y menor ancho de banda, y me estoy refiriendo solamente a conexiones hogareñas donde uno cree que debería tener mucha mayor velocidad que en un teléfono móvil. En móviles las velocidades no son distintas, contra lo que podrían creer muchos, en México el promedio está por los 24Mbps para 4G LTE y Chile unos 17Mbps, Argentina unos 13Mbps de promedio.

Es decir, en lo teléfonos tenemos tanta velocidad de tranferencia como en una conexión hogareña, lo que tenemos es un cupo de datos, un techo, un máximo impuesto que varía entre compañías y planes y se cuenta de a GB transferidos, si no fuese por ese techo no habría diferencia técnica entre las velocidades de una u otra plataforma.

Si nos vamos a nivel global Singapur y Corea del Sur superan los 45Mbps, desde ya que es posible en un país-ciudad como el primero o en un país más chico que cualquiera de las provincias argentinas en el caso de Corea del Sur, además de no tener tantos problemas de parte de “ambientalistas” a la hora de instalar nuevas antenas.

Partamos entonces de los 45Mbps, esto me recuerda a otros límites que hemos encontrado en nuestro unvierso informático, yo lo llamo “la barrera de necesidad del Gigahertz”, cuando las PCs alcanzaron velocidades de CPU de 1GHz el camino cambió completamente porque se había alcanzado la performance suficiente para el 99.9% de las cosas que había para hacer en una computadora de uso diario. Si, un gamer puede querer más, un científico, un diseñador 3D o quien fuere, pero ellos son la minoría, la mayoría había encontrado lo “suficiente”.

Ahora suelo mover el número a un rango que va entre 1.5GHz a 2GHz, más allá de eso es irrelevante para la gran mayoría que pasa a pensar más en cuánto le durará la batería. Con la memoria RAM pasó lo mismo, una vez que el uso de 8GB fue más usual esas personas dejaron de necesitar más RAM y a partir de 16GB ya nadie entiende qué es la memoria, es transparente para el usuario, no existe el swap, todo está en memoria.

La velocidad de conexión también tiene un máximo utilitario, por más que me digan que con 1Tbps puedo bajar una película de 4K en segundos ¿Para qué necesito hacerlo? Netflix podrá con 100Mbps, para qué 1000?? es transparente al usuario, ya no hay cuello de botella y éste no necesitará ese siguiente paso que, a las marcas, les resulta terrible no vender.

Hasta un teléfono tiene el CPU y la RAM en los niveles estables de no-necesidad y donde el 4G LTE anda como se debe también ¿Cómo vender el 5G si ya no es necesario? Qué dilema!

Bueno, hay algunas diferencias que también tienen su paralelo con lo que fue la evolución de los CPUs, una vez alcanzado este máximo necesario se pasa a otras cosas que habían quedado un poco de lado, en el caso de los CPUs fue el paralelismo (múltiples núcleos), las latencias (timings), y la eficiencia eléctrica (menor consumo, nuevos procesos más pequeños) y en telecomunicaciones pasa exactamente lo mismo.

La especificación de 5G todavía está por terminarse (detalles finales) pero básicamente busca ir hacia los lados de mantener la velocidad alta durante más tiempo y mejor cobertura, reducir la latencia y también bajar el consumo y costo. Esperen una definición completa para Marzo del 2020.

El espectro se amplía a usar varias frecuencias que van desde los 600Mhz hasta los 6GHz y frecuencias como las de 28 GHz, pero para estas últimas se deberá cambiar mucho la infraestructura de red porque cuanto más alta es la frecuencia más es bloqueada por paredes y hormigón, pero al mismo tiempo permiten antenas más pequeñas y de menor potencia.

Ahora bien, en términos absolutos de velocidad estamos hablando de casi 500Mbit/s que es lo mismo o, a veces, menos que los máximos obtenidos por 4G LTE/LAAA en la actualidad, pero además de esto ¿Para qué? Es que 5G necesita crear nuevos casos de uso para justificar su existencia y eso es clave.

Cabe destacar que si hoy por hoy alguien les vende algo que dice ser 5G no lo es, no al menos en su totalidad y más que probablemente requiera una actualización de firmware para cuando la especificación esté completa, lo cierto es que 5G se transformará en una buzzword tratando de venderse como algo necesario en un mundo que todavía no alcanzó el máximo potencial de 4G y tiene MUCHO por mejorar en ese sentido, hasta que no tengamos conexiones hogareñas de super alta velocidad y telefonía que aclance los 45Mbps, ¿para qué cuernos acelerar la llegada de 5G? Bueno, claro está, para vendernos un teléfono más nuevo y sin terminar 😛