Como muchos esperaban tarde o temprano iba a salir: la propia consola portátil de Valve.
Conocida por intentar, probar y descartar es lógico que uno tenga dudas sobre si la empresa sostendrá el producto durante un tiempo lo suficientemente largo como para volverse interesante. Pero algo me dice que este es el producto final luego de tantos intentos infructuosos.
La SteamDeck recuerda a la Nintendo Switch pero en esteroides, con más procesador, memoria y potencia porque… es prácticamente una PC (como casi todas las consolas actuales, claro). Es más una PS5 portátil que una Switch.
Specs
El CPU es de AMD (Zen 2) con ocho núcleos y GPU también de AMD RDNA 2.0 (1.6 TFlops) acompañado de 16GB de RAM LPDDR5.
Esta consola tendrá tres modelos diferenciados principalmente por el almacenamiento (PCIe 3.0 NVMe para las más caras eMMC para la más pequeña) de 64GB, 256GB o 512GB y los otros diferenciales siendo mayor velocidad de almacenamiento o en el más caro una pantalla anti brillo.
Hablando de pantalla ésta tiene 7″ de tamaño con una resolución de 1280×800 pixeles, algo que tranquilamente podría ser mayor (en menos de 7″ muchos teléfonos ofrecen pantallas de 4K) pero ¿Sería necesario? Seguramente puden sacarle más provecho a la duración de batería exigiendo menos al GPU.
La batería promete una duración de entre dos y ocho horas, algo bastante estándar y que depende exclusivamente de qué juego se esté usando.
El equipo tendrá un opcional de dock para conectarlo a distintos puertos como HDMI o DisplayPort, Ethernet, etc. Algo que ya utiliza mucho la Switch. Lo que no tiene son los joysticks separables pero se puede conectar monitor, teclado y mouse y transformar en una PC normal. A favor: se puede usar cualquier joystick.
El sistema operativo será SteamOS 3.0 que está basado en Arch Linux y con KDE como entorno, según la firma la mayoría de los juegos AAA serán soportados.
Los precios comienzan en USD 399 para la de 64GB, USD 529 para la de 256GB y USD 649 para la de 512GB
